El Monte
«es menester saber entrar en el monte» – Lydia Cabrera –
La palabra MONTE tiene una pluralidad de sentidos.
El monte es montaña, o elevación; es terreno no urbano y sin cultivar en el que hay vegetación. El monte alto significa foresta, monte bajo maleza, y monte artificial plantación. Plantación también es una definición apropiada porque la isla de Cuba se convirtió en una próspera colonia azucarera en la segunda mitad del siglo XVIII. La jungla y la selva lluviosa también pueden servir de definiciones del monte.
El Monte de Lydia Cabrera (1954) es un cosmos donde los espíritus nacen y viven: es su oikos -su casa- donde deciden el destino de los humanos y, por lo tanto, todo lo necesario para hacer magia. En el monte de los yerberos y los santeros todo lo que es natural es asimismo sobrenatural.
El campo, el monte, el paisaje, la economía, la sociedad y la religión: todos se encuentra conectado. El monte es un lugar físico; cierto, se puede colocar bajo una geografía, pero el monte pertenece a la geografía mental también y, en este sentido, el monte representa una geografía vernácula y simbólica a la vez.
¿Quienes somos?
Archivo del MONTE es una iniciativa creada por Hanzer González Garriga y asesorada por Jorge Luis Roig, nace como intento de salvaguarda de fotografías huérfanas, adquiridas o descontextualizadas de origen doméstico. La misión del proyecto es la puesta en valor e investigación de estos acervos, así como el rescate, catalogación, digitalización y preservación. Muchos de los paisajes que acompañan las vivencias inmortalizadas por las familias también son testimonio de algún momento histórico particular; son custodios de la memoria individual y también de la colectiva; son una fuente de información para la construcción o reconstrucción de identidades.
La socialización de estos acervos es totalmente libre y gratuita, con previa solicitud a través de sus instancias sociales o la web, podrán tener accesos al archivo. Muchos de procedencia anónima, quedan a disposición abierta a investigadores (sociólogos, comunicadores, patrimoniales, gestores, conservadores), artistas (collage digital, videocreadores, fotógrafos) así como cualquier persona que busque información sobre sus raíces.
Además de la recuperación de archivos fotográficos en riesgo de la basura o en anticuarios, se comenzó un acercamiento a familias pendientes o en espera de migrar fuera del país para de manera gratuita proveerles un espacio para salvaguardar y conservar sus acervos fotográficos en físico, que luego podrán retirar una vez estén asentados en el extranjero con la única condición de que permitan su investigación. La familia Garriga-Rabaza, Malmierca-Blanco y Roig-García son tres familias que entregaron sus acervos de forma permanente a la colección.
La colección consta de más de 20.000 ejemplares, además de una decena de álbumes, documentos, carnets, cintas de video y diapositivas.
En Cuba existe un acervo fotográfico de registro doméstico que se está perdiendo, este deterioro gradual se debe a varios fenómenos, entre ellos: la migración de cientos de familias que abandonan sus hogares dejando cuantiosos volúmenes detrás; la apatía y la ignorancia de la sociedad cubana por una insuficiente educación que provoca el abandonando y/o destrucción de estos acervos. La falta de fondos y de espacio físico donde almacenar obliga a que la preservación de material fotográfico se centre en contenidos artísticos, históricos o de valor patrimonial dejando de lado la fotografía que proviene de álbumes familiares ocasionando que se descarten cuantiosos volúmenes de archivos.
El proyecto cuenta con el apoyo de la Fototeca de Cuba a través de la Beca de Investigación Fotográfica María Eugenia Haya 2023 y es beneficiaria del Fondo para Proyectos Culturales de la Embajada Noruega en Cuba 2024.
La necesidad de documentar.
Históricamente la fotografía ha sido un medio importante para la construcción de memorias familiares por medio de representaciones visuales. La acción de fotografiar reviste una serie de implicancias conscientes e inconscientes del deseo de dejar registro sobre un hecho o acontecimiento. Para las familias, este deseo puede estar fundamentado en una subterránea necesidad de vencer el paso del tiempo, de dar testimonio de lo que fueron sus vidas, ¿por qué las familias buscan documentar?; ¿qué elementos son considerados dignos de documentar y cuáles no?; ¿qué tópicos o narrativas son constantes dentro de los albúmenes familiares?
Estos acervos son una forma de resistencia contra la amnesia particular y colectiva que, reunida en álbumes, interroga la naturaleza de los recuerdos y posibilita el reconocimiento de acontecimientos singulares; las fotografías de primeras comuniones, matrimonios, defunciones o fiestas de pueblo se conviertan en puntos biográficos significativos alrededor de los cuales se teje el recuerdo, y aunque en apariencia estos fragmentos personales solo pertenezcan a nosotros, es posible encontrarlos en ambientes sociales definidos.
No hemos abandonado los usos más tradicionales de la fotografía familiar a pesar del salto tecnológico. Siguen siendo las mismas poses y los mismos eventos, pero en mas cantidad de imágenes. Ante el miedo que provoca el olvido es comprensible que hoy en día no paremos de hacer fotografías con nuestros teléfonos o cámaras digitales. La lógica nos dice que cuanto más fotografiemos, más recordaremos.
Responsables
Hanzer González Garriga (1993)
Artista multidisciplinar cubanx. Egresadx con honores por la Universidad de las Artes (ISA) de Cuba y por la EICTV de San Antonio de los Baños, Cuba. Diplomante en Preservación del Patrimonio Sonoro, Fotográfico y Audiovisual por el Programa Ibermemoria Sonora, Fotográfica y Audiovisual y la Escuela Nacional de Conservación, Restauración y Museografía «Manuel del Castillo Negrete», México. Gestante desde el 2017 de la micro-productora “del MONTE producciones”. Participó en el Talents Guadalajara 2024. Beneficiario de la Beca de Investigación Fotográfica “María Eugenia Haya” 2023 convocada por la Fototeca de Cuba y el Centro Nacional de las Artes Plásticas (CNAP) con la investigación “Los archivos fotográficos familiares como patrimonio documental cubano”.
Jorge Luis Roig García (1992)
Intérprete cultural e investigador cubano. Egresado en Gestión del Patrimonio Histórico por el Colegio San Gerónimo de la Habana, UH, Cuba. Promotor cultural del proyecto comunitario Garabato. Se ha desempañado como asesor metodológico de varias investigaciones. Beneficiario de la Beca de Investigación Fotográfica “María Eugenia Haya” 2023 convocada por la Fototeca de Cuba y el Centro Nacional de las Artes Plásticas (CNAP) con la investigación “Los archivos fotográficos familiares como patrimonio documental cubano”.